domingo, 11 de mayo de 2014

El hombre sin compasión

Friedrich Nietzsche ha sido criticado por su filosofía un tanto extremista. Dentro de su filosofía busca el nacimiento del superhombre y una de sus características debe ser la perdida de la moral, es decir, un hombre sin compasión. Al escuchar esto podríamos pensar en un acto atroz, pero lo cierto es que la perdida de la compasión la vivimos aun sin darnos cuenta.

Los actos de violencia son un ejemplo claro de la falta de compasión y a lo mejor esto es visible en pequeños actos. Esto da muestra de que el ser humano se está olvidando del carácter colectivo en el que vive, se ha olvidado de su vida en alteridad. Probablemente Nietzsche no se refería a esos actos como las características del superhombre pues estas acciones en vez de mejorar al ser humano provocan que éste se autodestruya.

El carácter subjetivo del valor

Muchos de nosotros solemos molestarnos cuando otras personas ignoran las cosas que a nosotros nos importan, pues en el mundo que fabricamos le damos valor a cosas muy distintas que los demás. Es precisamente en el valor que le atribuimos a las cosas en lo que varían nuestras prioridades, gustos y sentires.
Los valores de cada persona son bastante subjetivos y no podemos pensar que unos son más importantes que otros o que una persona es mejor o peor por darle cierto valor a ciertas cosas. Los valores tienen una dimensión interpersonal pues dependen de la cultura en la que estemos inmersos.

Max Scheler menciona algo que para mí resulta poético pero cierto: “Los valores se van descubriendo como estrellas en el cielo” es decir, que se descubren por experiencia propia. Me parece correcto pues el valor que otorgamos dependerá de nuestro contexto y deseos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Día internacional del trabajor

El pasado miércoles se conmemoró el Día Internacional del Trabajador. En nuestro país las condiciones laborales son deplorables y el panorama no indica un cambio positivo.
En esta celebración del 1ro. de mayo muchos trabajadores de diversas instancias se unen al desfile conmemorativo en señal de festejo. La pregunta es si todos verdaderamente todos los que participan se sienten satisfechos y orgullosos de su trabajo y de no ser así ¿por qué no forman parte de las protestas para mejorar su situación laboral?

Creo que en muchas personas no hay suficiente voluntad (facultad de querer) para cambiar lo que nos afecta y también para poner empeño en las labores que ejercemos, pues probablemente de preocuparnos en serio por ello lograríamos el cambio que esperamos. Así que tal vez debamos considerar este día más allá de un festejo, sino una invitación a lograr los objetivos que esperamos.

sábado, 3 de mayo de 2014

Distorsión del valor

Aristóteles dice que “Todos los hombre por naturaleza buscan el Bien”, sin embargo el Bien es considerado por Santo Tomás de Aquino como aquello que se apetece o desea. La idea del Bien va relacionada con el valor, es decir, la relevancia que encontramos en las cosas para darle significado a nuestra existencia. Creo que cada persona tiene cierta libertad de darle un valor diferente a varias cosas, sin embargo creo que en ocasiones otorgarle un valor supremo a algo ocasiona  que las cosas se lleguen a fetichizar.

Principalmente a las cosas materiales solemos darle un valor elevado provocado una necesidad y por el hecho de ser deseable, dedicar nuestra existencia para alcanzarlo o acumular más y más. Sin embargo creo que este valor otorgado se generaliza en los grupos de personas, lo cual acrecienta este fenómeno y las consecuencias muchas veces son negativas.

domingo, 20 de abril de 2014

¿Si Dios quiere?

Es común escuchar en las personas la expresión “si Dios quiere”. Ante cualquier situación solemos dejar nuestro porvenir “en manos de Dios”, y es precisamente en esto en lo que consiste la fe; sin embargo nos olvidamos completamente de la voluntad, la cual es según San Agustín, la facultad de querer.

Creo que es importante respetar la fe de las personas, pero me resulta un poco incomprensible que toda nuestra vida se le adjudique a un dios porque entonces ¿dónde quedan nuestra voluntad, el esfuerzo o nuestro actuar? Agradecer a Dios por los bienes materiales que poseemos o por las situaciones que nos son agradables me parece que deja de lado lo que nosotros mismos fabricamos. Tal vez esta sea una postura más cómoda porque tememos que nuestras acciones no concreten lo que esperamos y en caso de resultar de otro modo podamos decir “Así lo quiso Dios”.

lunes, 14 de abril de 2014

El justo medio

En mi entrada anterior mencioné que la verdad es la adecuación entre el intelecto y la cosa. Para Aristóteles la verdad no radica ni en la cosa ni en la mente, sino en el punto medio. Me parece entonces que en la mayoría de las situaciones que vivimos debemos buscar el “justo medio” para tener una mayor certeza de lo que vivimos.

Considero que el “justo medio” también nos ayudaría a ser más congruentes con lo que hacemos y decimos para no caer en una completa insensatez. Probablemente en eso radiquen nuestros problemas, en que no aprendemos a balancear nuestros actos y manifestaciones con lo que sucede en nuestra mente. Conductas de ira, violencia o intolerancia muestran mayor peso hacia la mente que hacia la cosa o viceversa. Tal vez cuando podamos lograr este equilibrio, logremos actuar de manera más razonada.

La manipulación del intelecto activo

Los medios de comunicación masiva nos proporcionan la información necesaria para estar enterados de lo que acontece día con día en el lugar donde vivimos y el mundo. Mucho se ha criticado acerca de la veracidad con la que estos nos informan, pues consideramos que son manipulados por el gobierno o por fuerzas políticas para dar a conocer sólo lo que les conviene.

Existen dos clases de intelecto, el pasivo y el activo; el intelecto pasivo se encarga de recibir la información, mientras que el activo la genera. En el caso de la mayoría de los medios de comunicación masiva, me atrevería a decir que existe una alteración en el intelecto activo, pues la información que brindan es perturbada para fines mediáticos, en la mayoría de las ocasiones, provocando que nos alejemos cada vez más de conocer la verdad, la cuál para santo Tomás de Aquino es la adecuación entre el intelecto y la cosa.